LA PEDAGOGÍA DE LA PREGUNTA EN EL NUEVO PARADIGMA

Lic. Antonio Mario Chávez Ixcol

Lic. Juan Ujpán Rodeno

Las nuevas corrientes pedagógicas responden al reclamo social de una formación que les permite a los sujetos resolver problemas de diferentes índoles en forma autónoma; poder enfrentar la búsqueda de soluciones, encontrar una respuesta y tener algún control sobre ésta, dado que en la mayoría de los casos, los problemas que se presentan, implican encontrar respuestas nuevas a preguntas nuevas. Si en la educación tradicional, las viejas soluciones responden de manera simplista o mecánica a las demandas sociales. La nueva ciencia escudriña la totalidad y complejidad de los fenómenos para que por medio de las respuestas obtenidas generen las soluciones como aportes coherentes con las interrogantes planteadas. El tránsito de los paradigmas no ha tenido un desarrollo sencillo por las diferentes posturas entre los actores educativos en el campo pedagógico. Las nuevas corrientes innovadoras deben ser orientadas por una nueva visión, es decir, más allá de lo convencional, planteándose siempre la interrogante ¿si la educación debe dedicarse a transmitir los saberes científicos establecidos? O bien ¿debe preocuparse por desarrollar una nueva forma de concebir y representar el mundo, más allá de la forma en que inicialmente los estudiantes ven?.

Tenemos ahora un nuevo consenso o una nueva alternativa en torno a la idea superada en el sentido de una pedagogía instrumental, procedimental y meramente técnica o simplemente didáctica. Es en ese sentido se ha abierto una nueva forma de pensar con respecto a la pedagogía, la pedagogía de la pregunta que plantea Paulo Freire, acertada a una visión de cambio que tiene trascendencia en el nuevo siglo, que constituye como componente didáctico pedagógico que ha de asumirse y darle sentido en el nuevo paradigma.

El ser humano por naturaleza es un ente de pregunta, si, revisamos algunos textos sagrados e históricos siempre encontramos que el conocimiento siempre deviene de  preguntas referentes a un sin fin de cosas: lo filosófico, ontológico y epistemológico.  Por esa razón la pregunta se ha convertido en un elemento fundamental en la vivencia y  en la educación del ser humano. Ahora la interrogante es la siguiente, ¿por qué preguntamos?, ¿para qué nos sirve preguntar?.  Seguramente cada quien tiene una o varias respuestas. Cómo dice  María Elena Castillo,  la pregunta nos sirve para  “explorar, reflexionar, profundizar, ampliar nuestra visión, investigar, aprender, crear, entre otros”.  A esto hay que agregar que la pregunta sirve para relacionarnos, comunicarnos con los demás personas y con el ambiente que nos rodea.

En el aprendizaje la pregunta tiene una trascendencia fundamental, en el sentido de que abre un mundo de posibilidades para la formación del ser humano. Pero, para llegar a una pedagogía promocional es menester entender que se necesita una convicción fuerte de parte de los actores con respecto a la investigación, en el sentido que no es  fácil pasar de la pedagogía de la respuesta a una pedagogía de la pregunta. 

En Guatemala, como en muchos países de la región, la educación está basado en principios simplificadores que busca dar respuestas a  las realidades, pero  pocas veces se interesan en hacerse preguntas, los maestros creen que son los únicos en poseer la verdad, los estudiantes simplemente reciben  contenidos, olvidándose que lo más importante es interrogar. Por  lo mismo, los estudiantes no llevan una formación de preguntas, sino de respuestas, peor aún  cuando se trata de temas religiosos, políticos y culturales.

La pedagogía de la pregunta nos orienta a profundizar los temas y pensar diferente, según Freire “pensar conlleva a preguntas y el actuar”, procesos que no se pueden separar en este nuevo enfoque pedagógico, pues nos induce a un pensamiento holista. Así mismo,  nos invita a reflexionar y ser partícipe para la construcción colectiva de conocimientos y sabiduría.

El Poder de la pregunta

La pregunta, constituye una respuesta que conlleva una fuerza relevante en el ámbito individual y social que responde a las diferentes dimensiones complejas y no preceptos simplistas unidireccionales que solo se abstraen y se congelan, cayendo en  la pasividad y en el conformismo, que se ha venido dando a nivel de la educación. Por medio de  la pregunta, es posible alcanzar entonces un alto desarrollo de aprendizaje, hace al hombre más flexivo, creativo, talentoso y autónomo para pensar. La pregunta en este caso se convierte en un soplo energético que busca no solo una respuesta en una sola dirección, sino multidireccional que genera cambios sustanciales para la transformación que requiere el individuo, compenetrado en una realidad. El poder de la pregunta debe ser devuelto de la misma tonalidad, como respuesta.

Para que  la pregunta tenga validez y confiabilidad debe hacerse en el momento oportuno, con una visión creativa y transformadora. “No es posible educar y transformar la realidad con respuestas sino con preguntas” (Paulo Freire). Ya que el ser humano es un ente pensante, está lleno de preguntas, ontológicas, filosóficas y epistemológicas  las cuales llevan al mismo hombre a actuar en la sociedad como elemento primordial, pero no el más grande ni el mejor.