Lic. Francisco Miguel Tirado H.

Se ha creído
siempre en la capacidad que tiene la persona para auto organizarse y para
desarrollarse en las diferentes áreas de la vida; y pareciera que una forma sencilla de conducirse
en la vida es dejándose llevar por teorías o constructos teóricos previamente
establecidos, sin dejar de darle la importancia que estos tienen.
Ahora bien, es de importancia establecer a manera de
sugerencia cierto orden de ideas y pensamientos, sobre dimensiones que son útiles para el desarrollo del
comportamiento humano, inmersos en un mundo cambiante con enfoque complejo y
dentro de un mundo de incertidumbres. Se inicia entonces con un dinámica de la
vida, cuando buscamos encontrarle sentido a nuestro comportamiento, a la visión
de vida y al que hacer en este mundo. Las interrogantes serían entonces, Quién soy?, de donde vengo? Y hacia dónde voy?.
Desde los inicios de la formación académica, se ha dicho que somos seres racionales, con
la intención de separarnos de lo animal, quedando en el plano de seres
racionales; como tales, para ser realmente racional, se debe desarrollar la
capacidad de pensar, en el sentido de tomar el tiempo pertinente previo a
emitir juicio dado que una vez emitido, no se puede volver. Un segunda rasgo de
la personalidad se constituye en la capacidad de analizar, desde el análisis de
un todo por sus partes, con enfoque hologramático que establece el todo por sus
partes; luego el desarrollo de la capacidad de sintetizar, dando importancia al
extraer la esencia de las situaciones, es decir todo cuanto nos puede producir
o generar beneficio individual o colectivo y finalmente se debe desarrollar la
capacidad de crear, dado que hemos estado inmersos en un mundo donde no se
desarrolla la capacidad de creación en las personas, los mismos sistemas
educativos no propician el desarrollo de crear de la persona, hoy resulta con
facilidad el adquirir las cosas, dejando al margen la capacidad de crear del
individuo, dejando al margen lo que establece Humberto Maturana, que ¨ todos
somos creativos por naturaleza.¨
Una segunda dimensión que se debe desarrollar es que
somos seres volitivos, entendido en que se posee una voluntad que cuenta con
tres áreas para su operatividad, el
tener deseos, buscarlos y lograrlos, dado que al hombre se le conoce por lo que
finaliza no por lo que inicia.
La tercera dimensión la podemos visualizar en el hecho
de reconocer que somos seres dialógicos, es decir tener la capacidad de
desarrollarnos con los demás y me permito citar a Pablo Freire cuando dice ¨
Nadie educa a nadie, nadie se educa solo, todos nos coeducamos dependiendo del
entorno donde nos desarrollamos¨. En la actualidad, se han perdido los vínculos
de comunicación, aquellos momentos de dialogo en familias que permitía
continuar con la tradición de heredar las buenas costumbres, los hábitos, las
creencias de una familia, de una comunidad, de un pueblo, por eso no es extraño
ver al joven de hoy que prefiere
permanecer cinco o seis horas frente a la computadora, que establecer quince o veinte minutos de
dialogo con el padre o la madre, recibir la sabiduría y la bendición de los abuelos, mientras se degusta de la
gastronomía de las abuelas cuyo menú emanaba de la naturaleza misma.
La cuarta dimensión de la personalidad, se ubica en el
hecho de reconocer que somos seres únicos e irrepetibles y aunque hoy se habla
de la posibilidad de los procesos de clonación nunca encontraríamos a alguien
que piense, analice, sintetice y pueda crear como yo. Por ello, la importancia
de reconocer mi identidad, ubicarme en ella, para valorarla, darle seguimiento
y transmitirla, de tal manera que me permito citar al Dr. Daniel Matul, cuando
nos dice ¨hoy como nunca debemos volver a nuestros orígenes, pero no en el
sentido peyorativo, sino en el volver a los fundamentos de la cosmovisión, a lo
espiritual, al yo soy tú y tú eres yo, evitando así el riesgo de la
codificación de nuestra conciencia. En un volver en doble movimiento, al
origen, pero, también al avance, o la construcción de nuevos escenarios y
nuevos horizontes. Y desde esta perspectiva, necesitamos en este ritual de
búsqueda para la superación del sufrimiento, emocionarlos, fluir en el amor,
expresar nuestra capacidad ética, desencadenar la belleza y derrumbarnos por el
arte de vivir, dado que el hombre es el nexo de todo cuanto existe. Ver todo hoy, con toda mi mente, mi cuerpo y todo
mi corazón.
A manera de conclusión, me permito citar el
pensamiento de Humberto Maturana y Francisco Varela, quienes establecen, ¨Lo
que necesitamos entonces, nos es crear impulsos biológicos nuevos, ni tratar de
mejorar la inteligencia humana mediante ingeniería genética, ni esperar una
ayuda sobre natural o extra terrestre que no llegará.

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