Hay que considerar al hombre en su totalidad. Lic. German Noe colop Lic. Carlos Egberto Ovalle de León Lic Sergio Vinicio Grijalva |
Se debe preguntar
entonces: ¿Qué relación pedagógica se tiene que establecer entre el formador y
los estudiantes a su cargo? En primer
lugar, se tiene que recalcar que la relación del profesor con el aprendiente se
diferencia del vínculo padre e hijo, en el aspecto fundamental de que siempre
es una relación tripolar: Es un nexo entre profesor y estudiante en que ambos
se orientan a una disciplina como la matemática, idioma español o ciencias
naturales y hacia el mundo donde se relaciona esta asignatura.
El formador de formadores de nivel
primario debe reflexionar de manera seria sobre como relacionarse como docente
o sobre los aspectos siguientes, antes de culpar al estudiante o a la
administración de los males que le aqueja:
- Conocer la materia, lo que implica un sentido profundo de la historia y de los problemas que se plantean en la disciplina.
- Ser pensadores, que se centren en el aprendizaje, tanto en el suyo como en de los aprendientes.
- Favorecer la forma de actuar que se espera en la vida, lo que lleva consigo plantear al estudiante problemas importantes, con tareas autenticas que le tracen desafíos.
- Animar de forma permanente a la cooperación, colaboración, dialogo, intercambio y al compromiso con el aprendizaje.
- Referirse de manera permanente al valor de una educación integral en comparación con otra fragmentada en asignaturas sueltas.
- Hablar de aprender a comprender, aplicar, analizar, sintetizar y evaluar evidencias y conclusiones.
- Tener un fuerte sentido de compromiso con la comunidad educativa
- Considerar la formación como un trabajo auto organizativo, creativo, serio e importante, como una actividad que se beneficia de la observación cuidadosa y el análisis minucioso, de la revisión y el reajuste y de diálogos con los formadores.
Este tipo de relación en la educación tiene que ser
pensada en términos de una filosofía
educativa, aquí el objetivo es
específico y se localiza en un campo de la experiencia humana. A este
nivel de profundidad, la educación holista propone el paradigma emergene que
transforme de raíz la educación mecanicista basada en el modelo de líneas de
ensamblaje de las fábricas, que ha prevalecido los últimos trescientos años. Redefinir
el sentido de la educación, le asigna nuevas relaciones, señala prioridades,
construye nuevos conceptos y términos, fundamenta una nueva teoría del
aprendizaje, la inteligencia y el conocimiento para crear un nuevo paradigma.
En esta nueva cultura el aprendiente y el educador
tendrán una misión diferente a la de los siglos pasados, la educación debe
estimular y desarrollar ampliamente las habilidades de relación y virtudes
humanas, pero principalmente para el propio bienestar de la gente más que para
el beneficio de estructuras autoritarias o banderas ideológicas.
La educación Holista en este contexto deberá conectarnos
con todas las comunidades humanas y no humanas con quienes compartimos el
planeta, en una nueva época como lo afirma
(Snow, 2008) de que interdependencia
es el poder espiritual que otorga sentido al universo y por consiguiente a
todos los elementos que conformamos ese universo. El éxito de los procesos
vitales depende del tipo de interrelaciones que logremos establecer entre los
diferentes elementos que conformamos el todo.
Como asegura (Capra,
1996) que todos los miembros de un ecosistema están interconectados en una
basta y complicada red de relaciones que conforman la trama de la vida.
Nosotros los humanos, lo mismo que los demás seres, somos lo que somos, como
consecuencia de esas relaciones.
La misión del educador holista será de asesor y recurso en una formación no solo profesional sino también profundamente humana, que capacitará al estudiante para que pueda vivir en la sociedad de la interdependencia y el cambio.
La misión del educador holista será de asesor y recurso en una formación no solo profesional sino también profundamente humana, que capacitará al estudiante para que pueda vivir en la sociedad de la interdependencia y el cambio.
El educador Holista trabaja para la sociedad del siglo XXI que se tiene que caracterizar por la interdependencia, el trabajo educativo sobre las relaciones y las conexiones, integrando y armonizando la red de la vida, más que solo analizar y fragmentar cosas aisladas.
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